domingo, 12 de diciembre de 2010

Darkness (I)

La oscuridad me rodea, mientras, sus gélidas manos sostienen mi cuello suavemente como si en cualquier momento fuesen a estrangularme, y una voz me susurra pensamientos, pensamientos lúgubres y dantescos.
Me encuentro una planta por debajo del infierno, pero no siento su calor. Pensaba que las llamas del interior de la Tierra  me abrasarían, que me fundiría, como me fundía antaño en tus brazos… tus besos… Sin embargo aquí hace frió, tan intenso que hasta el mal humor se me a congelado.

Soy incapaz de moverme, algo lo impide, siento como si estuviera atado por todo el cuerpo, pero no siento sogas alrededor de muñecas o tobillos. Aun así soy incapaz de mover la cabeza, solamente puedo mover los ojos de manera neurótica, para intentar ver algo… pero es inútil. Puede que ya este muerto.

Trato de recordar cosas pasadas, imágenes, sonidos, olores. Pero tengo la impresión de no haber vivido nunca, como si no hubiera existido. No se como me llamo, ni donde vivo, ni quien es mi mejor amigo. ¿Alguna vez e llegado a existir?

Al tratar de recordar la cabeza  me empieza a doler, pero sigo intentándolo con mayor intensidad mientras el dolor aumenta. Siento ganas de gritar, pero mi boca no se abre y mi garganta no me pertenece.

De repente me doy cuenta… ¡Dolor! Luego esto quiere decir que estoy vivo, o que al menos existo.

Pasa el tiempo (o al menos eso creo) y empiezo a sentir mi cuerpo, siento como un liquido caliente y espesote resbala desde el oído y me baja por el cuello, siento los dedos de las manos, y puedo moverlos. Pero sigo sin recordar. Solamente una imagen se me viene a la cabeza, una especia de símbolo, no se que significa, nada extraño ya que en estos momentos no se ni mi nombre.

A lo lejos oigo abrirse una puerta, su chirrido es el primer sonido que escucho desde que he vuelto a la vida, le sigue el ruido de unas pisadas, que se hace cada vez mas claro, alguien esta cerca de mí. Las pisadas se han detenido y siento el olor a sangre, humo y vísceras. Algo realmente perturbador

-¿Cómo te encuentras?- La voz suena grave y profunda, pero sobre todo oscura. Siento un escalofrió y las tripas se me encogen pero aun así decido contestar.

-Aghgdd!!- No consigo articular las palabras correctamente, pero de todas formas termino la frase, puede que el no me halla entendido pero yo se perfectamente lo que quería decir.

-Bueno en realidad no importa tu estado, pronto estarás muerto- Sigo sin acostumbrarte a esta voz y otro escalofrió recorre mi espalda. Siento algo de miedo, pero en mi interior algo me dice que ya lo sabía, que este era mi destino.

-¿Se… seda… será doloroso? – Consigo articular milagrosamente.
-No – Un ultimo escalofrió recorre mis vértebras, entonces oigo como comienzan los pasos, se alejan, oigo el sonido característico del entrechocar los metales, y los pasos vuelven.

Pronto volví a dejar de sentir, pero gradualmente, primero los dedos, las extremidades y finalmente todo. Me quede con cara de aceptación, pues ese era mi destino.

¿Volver a la vida? Suena ridículo para alguien que nunca a estado vivo.

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