lunes, 13 de diciembre de 2010

The box (primera parte)

Me despierto repentinamente, la brusquedad del acto hace que mi cabeza se choque contra el techo. Trato de estirarme pero mis cuatro extremidades chocan contra algo duro y frío, parece metal. Tanteo el lugar en el que me encuentro y  no parece haber salida alguna. Estoy en una especie de estancia cúbica de apenas unos litros de capacidad, un cubo demasiado angosto como para encontrarme a gusto. Todo esta a oscuras y por lo tanto no puedo ver absolutamente nada, no puedo estirarme, no puedo levantarme… Estoy atrapado!!

Me da la sensación de que en esta caja no hay suficiente aire y me empiezo a encontrar peor a cada segundo que pasa, un miedo animal empieza a apoderarse de mi y comienzo a hiperventilar. Gritos infernales salen desde los mas hondo de mi alma y golpeo las paredes con fuerza y rabia ciega, puños y pies empiezan a sangrar de la ira descargada contra los muros y decido entonces arañar las paredes como un muerto enterrado en vida arañaría su ataúd. Pierdo varias uñas en el intento y al final el dolor consigue que pare.

Tras relajarme y jadear durante unos minutos toco suavemente las paredes del cubo, por lo visto no he conseguido producir ningún tipo de daño en ellas, tan solo están manchadas de sangre. Creo que me roto algún hueso de la mano. Trato de quitarme las lagrimas de los ojos pero el resultado es peor ya que me lleno la cara del liquido denso y calido que brota de mis manos. El peculiar olor de la sangre nunca me ha gustado demasiado, y dentro de este lugar es demasiado intenso como para que pueda reprimir una arcada.

Me siento sucio y asqueado mientras el tiempo pasa y yo sigo con vida…

De repente se enciende una luz y consigo verlo todo

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